Les 28 février et 1er mars s’est réunie la Ve assemblée de secteur. L’accueil n’était pas protocolaire mais derrière les portes ouvertes, les bras grand étendus nous témoignaient d’une joie venant du cœur. Maintes fois renouvelée, cette ambiance nous remplit de joie et renouvelle notre espérance.
Nous avons prié avec les laudes puis l’eucharistie dans la chapelle de Las Rozas, sur le thème pain partagé, don, gratuité et vie donnée au service de nos frères les pauvres, les plus nécessiteux.
Ensuite, dans la salle de conférence, le P. Manuel Leal nous a parlé du thème « Le pauvre – les pauvres / La pauvreté – les pauvretés. Comment nous situons-nous dans notre pensée, notre ressenti, notre action ? Quelle est notre option ? » Il commença son exposé par une allusion à un texte de l’autobiographie de Sainte Emilie et à des textes des Constitutions. Les pauvres y occupent une place privilégiée, comme mesure de l’amour de Dieu.
Il développa ensuite sa conférence en parlant de la Sainte Écriture et de Vatican II. Le P. Manuel fit un voyage exhaustif dans les textes sacrés, présentant la pauvreté selon les différentes conceptions apparues au fil des siècles. Tout d’abord, la pauvreté a été considérée comme méprisable, fruit de la paresse qui conduit à la misère, expression de l’infidélité à Dieu. À partir du livre de Job, le pauvre peut être considéré comme une victime des injustices des hommes. Les prophètes inspirés deviennent, dans ce livre, défenseurs des pauvres. Lentement se forme la conscience que le cri du pauvre parvient jusqu’au cœur de Dieu. Ce cri résonne dans les psaumes où le pauvre apparaît comme l’ami de Dieu. Tous ceux qui souffrent, les persécutés, les exploités sont les pauvres de Dieu.
La pauvreté en Jésus, indique le P. Manuel, présente une grande nouveauté : elle n’est pas seulement carence de bien, elle équivaut à la liberté, la douceur, l’humilité de cœur, la disponibilité au Père. Jésus se fait pauvre et évangélise en leur annonçant le salut, en se solidarisant avec eux et en les appelant bienheureux…
Vatican II place la pauvreté face à des engagements moraux : le pauvre face à Dieu, face à lui-même, face aux frères, face à la richesse, le pauvre et l’eschatologie…
L’exposé du Père fut si riche que quelques lignes ne suffiraient pas à le retranscrire. Mais il nous indiqua un large chemin pour notre réflexion. Il nous donna une série de pistes pour nous aider à entrer dans le sens de la pauvreté, la réalité des pauvres aujourd’hui et notre option pour eux à la suite de Jésus de Nazareth. Nous avons également visionné un court-métrage pour nous aider à réfléchir en profondeur.
Puis nous avons étudié le travail des communautés sur la troisième orientation du Chapitre Général « à la suite du Christ, retenons l’option des pauvres ». Travail riche en expériences vécues, profond, créatif, d’acceptation de la pauvreté personnelle, de défis qui nous poussa à nous lever pour chanter le Magnificat. Il y a eu des points communs dans ce qui a été exposé mais chaque communauté avait aussi des nuances propres à son identité.
Nous sommes en chemin ; voilà l’écho qui résonne dans notre for intérieur. Le temps prévu après chaque présentation pour dialoguer sur ce qui avait été dit et vu nous permit de rentrer dans le ressenti et les expériences de chaque communauté et de nous sentir comme un corps qui vibre et chemine en communion.
Le 1er mars, la célébration de l’eucharistie, inscrite dans la dynamique de l’Assemblée, nous fit expérimenter une fois de plus Dieu, pain rompu et partagé, qui nous aime et nous guide pour construire son règne de justice et d’amour. En fin de matinée, notre prière communautaire fut tranquille, méditée et partagée. Les textes bibliques, Exode 3,2-5 et évangile selon saint Jean 2,1-11, nous invitaient à contempler les personnes avec qui nous célébrons chaque jour le banquet de la vie, celles que Dieu place sur nos chemins, pour qu’ensemble nous construisions son Règne et qu’ensemble nous répondions à son appel, « Nous voici, Seigneur… ».
A la clôture de l’assemblée, Sr Rosa Pozuelo, responsable du secteur, dit qu’elle avait apprécié le travail de réflexion et d’approfondissement qui avait été effectué dans les communautés, l’ambiance de silence, d’accueil et de joie qui avait prévalu. Elle remercia la communauté de Las Rozas pour son accueil, les Sœurs du Conseil assesseur pour leur appui et leur aide et toutes les Sœurs pour tout ce qu’elle avait reçu et continait à recevoir d’elles. Après nous avoir communiqué quelques nouvelles du Secteur, elle nous invita à vivre notre consécration avec joie et espérance.
Cette rencontre se termina par un goûter qui prolongea l’atmosphère de simplicité et de joie vécue pendant l’Assemblée.
Los días 28 de febrero y 1 de marzo nos reunimos en la casa de la Rozas para la V Asamblea del Sector. Llegamos la víspera. No había protocolo para la acogida; las puertas estaban abiertas y los brazos extendidos; los saludos brotaban desde el corazón y la alegría invadió el hall de la casa…Fue un momento inolvidable, repetido en cada Asamblea. El encuentro siempre nos llena de gozo y renueva nuestra esperanza.
A las 9:30 del día 28 nos reunimos, en la capilla, para la oración de laudes y la Eucaristía. La celebración nos hizo experimentar el ser “pan partido”, don, gratuidad y vida al servicio de nuestros hermanos los pobres, los más necesitados.
Terminada la Eucaristía pasamos a la sala para la conferencia del Padre Manuel Leal sobre “Pobre-Pobres/Pobreza-Pobrezas. ¿En qué clave nos situamos en nuestro pensar, sentir, actuar? ¿Cuál es nuestra opción? “Comienza su exposición haciendo alusión a un texto de la autobiografía de Santa Emilia y a textos de las constituciones. Resalta la hondura de nuestra espiritualidad dónde los pobres ocupan un lugar privilegiado, como medida del amor a Dios.
Pasa seguidamente a desarrollar su conferencia centrada en la Sagrada Escritura y el Vaticano II. El Padre Manuel hace un recorrido, exhaustivo, por los textos sagrados presentando la pobreza desde las distintas concepciones que han ido apareciendo a lo largo de los siglos: en un principio, apunta, se considera la pobreza despreciable, fruto de la pereza que conduce a la miseria, expresión de infidelidad a Dios. Es a partir del libro de Job, que aparece la idea de considerar al pobre como víctima de las injusticias de los hombres. Los profetas, inspirados, en este libro, se convierten en defensores de los pobres… Lentamente se va conformando una conciencia más clara de que el grito de los pobres se eleva hasta el corazón de Dios. Este grito resuena en los salmos, dónde el pobre aparece como el amigo de Dios. Todos los que sufren, los perseguidos, los explotados son los pobres de Yahvé.
La pobreza en Jesús, matiza el padre Manuel, presenta una gran novedad; no es solamente carencia de bienes; equivale a libertad, mansedumbre, humildad de corazón, disponibilidad al Padre. Jesús se hace pobre y evangeliza a los pobres anunciándoles la salvación; se solidariza con ellos y les llama bienaventurados…
La pobreza en el Vaticano II la plantea, desde compromisos morales: El pobre frente a Dios, frente a sí mismo, frente a los hermanos, frente a las riquezas, el pobre y la escatología.
Su exposición fue tan extensa y rica en contenido que no da cabida a sintetizarlo en pocas líneas…Para nuestra reflexión nos indicó un camino amplio. Nos dio una serie de pistas, que nos ayudaron a entrar en el sentido de la pobreza, la realidad de los pobres de hoy y nuestra opción por ellos siguiendo a Jesús de Nazaret.
Por la tarde, antes de comenzar la presentación de los trabajos realizados por las comunidades, sobre la tercera orientación del Capítulo General: “En el seguimiento de Cristo, hagamos opción por los pobres”, visionamos un cortometraje que nos ayudó a compartir, desde nuestro ser profundo, todo lo que habíamos experimentado a lo largo de la mañana.
A las 17:30h comenzábamos la presentación de los trabajos realizados en las comunidades, que duraría toda la tarde, la mañana del día siguiente y primeras horas de la tarde.
El trabajo de cada comunidad, largo en contenido, creativo, profundo, rico en experiencias vividas…, aceptación de la pobreza personal, desafíos… instaba a ponerse en pie y entonar el Magníficat. Se apreciaban puntos comunes, en cada una de las exposiciones, pero cada comunidad tenía matices específicos de su propia identidad.
Estamos en camino…; era el eco que resonaba en nuestro interior… El espacio concedido, después de cada una de las exposiciones, dedicado al diálogo, sobre lo visto y oído, nos hizo entrar en los sentimientos y experiencias de cada comunidad y sentirnos como cuerpo que vibra y camina en comunión.
La celebración de la Eucaristía del día 1 de marzo, entroncada en la dinámica de la Asamblea, nos hizo experimentar, una vez más, a Dios, pan partido y repartido, que nos ama y nos guía en la construcción de su Reino; un reino de justicia y el amor.
Al final de la tarde tuvimos una oración comunitaria reposada, meditada y compartida. Los textos bíblicos elegidos: el Evangelio de San Juan 2,1-11 y el Éxodo 3,2-5, nos encaminaban a contemplar a las personas con las que celebramos, cada día, el banquete de la vida; aquellas, a las que Dios ha puesto en nuestro camino, para que juntas, construyamos el Reino y juntas respondamos a su llamada.” Henos aquí Señor…
Y llegó el momento de la clausura de la Asamblea. Sor Rosa Pozuelo, responsable del Sector, valoró el trabajo de reflexión y profundización que se había hecho en las comunidades, el ambiente de silencio, acogida y alegría que se había generado durante la Asamblea y dio las gracias a la comunidad de las Rozas por su acogida, a las hermanas del consejo asesor por su apoyo y ayuda y a todas las hermanas por lo que ha recibido de ellas y sigue recibiendo. Nos dio algunas informaciones del Sector y nos animó a vivir nuestra consagración con alegría y esperanza.
Terminamos este encuentro, en la casa de las Rozas, con una merienda cena, que prolongó el ambiente de sencillez y alegría que se había vivido durante la Asamblea
Sor Inés Escudero RFF.